domingo, 13 de febrero de 2011

CATEGORIA DE CLUB

A veces la categoría de un colectivo, de una persona, se valora en comparación con otras en lugar de hacerlo en términos absolutos. Seguro que todos somos críticos con lo que vemos en nuestro Athletic, críticos con el compromiso, con las formas o con el estilo de las personas que forman parte de la directiva o estamentos del Club. Sin embargo, sería bueno que, para valorar mejor lo que tenemos en casa, miráramos un poco a nuestro alrededor.
Ayer jugó en el Sardinero (bonita ciudad la de Santander) el Sevilla. Se estrenaba en el palco un nuevo presidente, esta vez es un hombre de origen indio que ha comprado el Club en una operación que se ha cerrado en una ciudad del centro de Europa. Probablemente le habrán tenido que explicar más de una vez a este hombre dónde está ciudad donde juega el Club que estaba comprado. Esa es otra historia.
Este buen hombre, ayer, sábado, compartió palco con el presidente de la Comunidad, Cantabria, donde tiene sede el Club Racing de Santander y, lógicamente, con el presidente del Club rival, Sevilla C.F.
El presidente de la Comunidad Autónoma de Cantabria, el señor Revilla acudió al palco con una bufanda del Racing. El presidente del Racing jaleó a la afición desde su puesto en el palco presidencial. Gritaba, brincaba, gesticulaba y bramaba. Estaba muy contento en su estreno en el palco. El presidente del Sevilla se marchó del palco según acabó el partido y, según se vió en la TV, no se despidió de sus compañeros de asiento, harto del comportamiento que había aguantado durante todo el partido.
En Bilbao sería imposible un presidente de Comunidad que hable a sus conciudadanos tratándoles como si fueran idiotas. Sería imposible tanta demagogia, tanto populismo. Revilla en centroamérica sería un dictador, de los que quieren a su pueblo, pero un dictador.
Hace falta muchos años de evolución de las sociedades para conseguir que las personas se respeten unas a otras, para conseguir comportamientos civilizados entre quienes piensan distinto. y sólo hace falta que un impresentable como Revilla como llegue al poder para que todo eso se vaya al carajo.
Cada pueblo tiene lo que se merece, y en Marbella están como están porque jalearon a Jesús Gil cuando estaba en el poder. Fue el alcalde de Europa con mayor respaldo de su electorado. Ahora les toca padecer las consecuencias de todo aquello.
En Cantabria, sufrirán el descrédito de tener un caradura que se cree más listo que los demás en el puesto de mayor representación pública regional.
Mientras tanto, en Bilbao mantenemos la educación y cortesía que nuestros mayores nos enseñaron. Y por muchos años.