Estamos acostumbrados a escribir o comentar los problemas que nos causan las empresas de servicios, los compañeros de trabajo... no siempre agradecemos la ayuda que recibimos, incluso cuando esa ayuda va más allá del estricto deber profesional.
Esto viene a cuento de un problemilla que tuve en el acceso a San Mamés en un partido de la previa la UEFA (o como se llame ahora). Me olvidé la entrada comprada en casa, iba con mi hijo (gracias a Dios, la suya sí la llevaba), mis hermanos y mi padre. El caso es que el personal de taquilla me escuchó, atendió amablemente y me dieron soluciones. Ese no era el mejor momento para ir con problemas, la gente haciendo cola comprando entradas para ese partido y el siguiente... sin embargo me atendieron muy bien. Tuve que comprar la entrada pero me dieron soluciones.
Ocurrió igualmente en la sede de Ibaigane con dos personas más que traté.
Muchas gracias. Así da gusto.
jueves, 3 de septiembre de 2009
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